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Cómo criar gallinas y qué beneficios tiene para TU huerta

agosto 9, 2025

La cría de gallinas es una práctica que combina tradición, autosuficiencia y sostenibilidad. En los últimos años, se ha convertido en una tendencia creciente entre quienes buscan producir sus propios alimentos, mejorar el ecosistema del huerto y disfrutar de los beneficios que estas aves aportan.

Antes de empezar a criar gallinas es importante que te planifiques bien. Tienes que tener en cuenta el espacio, las necesidades de las gallinas, tu presupuesto, tiempo disponible y empeño.

Índice

Qué necesitas para tener gallinas?

Para criar gallinas con éxito, el primer paso es disponer de un gallinero adaptado a sus necesidades.

La regla básica indica que deben alojarse unas cuatro gallinas por metro cuadrado de espacio interior, garantizando una ventilación correcta para prevenir enfermedades, iluminación suficiente y limpieza frecuente.

La higiene es clave: un gallinero limpio reduce la presencia de parásitos y evita problemas de salud en las aves. Entre los elementos indispensables se incluyen ponederos, que son espacios tranquilos y semicerrados donde las gallinas depositan sus huevos, y perchas o palos redondeados que imitan las ramas y les sirven para dormir de forma cómoda y segura.

En el suelo de los ponederos se recomienda colocar virutas de madera o cáscara de cereal, que ayudan a mantener la limpieza y el confort.

El espacio exterior es igualmente importante. Un área de unos cuatro metros cuadrados, como mínimo, es ideal para que puedan moverse, escarbar y picotear libremente. Aunque las gallinas tienden a concentrarse en las mismas zonas, disponer de terreno con tierra y algunas hierbas enriquece su dieta y mejora la calidad del estiércol.

Es importante señalar que la malla de gallinero convencional no siempre ofrece protección total, por lo que se recomienda reforzarla si la zona presenta riesgos.

El acceso constante a agua fresca es fundamental. Si no se puede atender a las gallinas a diario, un bebedero de gran capacidad evita la deshidratación.

En cuanto a la alimentación, el pienso comercial equilibrado es la base ideal, complementada con restos orgánicos como pieles de zanahoria, pepino, sandía, restos de poda, insectos y semillas. Aunque las gallinas comen casi de todo, una dieta variada mejora la producción de huevos y fortalece su sistema inmunológico.

Para un óptimo rendimiento en la puesta, se requiere un mínimo de 14 horas de luz al día.

Beneficios de la cría de gallinas para el huerto

Uno de los beneficios más destacados es el control natural de plagas. Las gallinas se alimentan de insectos, larvas e incluso babosas o caracoles, reduciendo la necesidad de pesticidas químicos.

Esta acción preventiva y constante ayuda a mantener el equilibrio biológico del huerto.

Otro aporte fundamental es la producción de estiércol rico en nitrógeno, fósforo y potasio, nutrientes esenciales para el crecimiento de las plantas.

Al compostar los excrementos correctamente, se obtiene un abono de alta calidad que enriquece el suelo y mejora su estructura.

Esta práctica cierra el ciclo de nutrientes y disminuye la dependencia de fertilizantes industriales. La calidad del estiércol mejora cuando las gallinas tienen acceso a una dieta variada y a espacios exteriores con vegetación.

En términos económicos, el mantenimiento de las gallinas resulta relativamente accesible, ya que aceptan una amplia gama de alimentos y pueden aprovechar sobras de la huerta y la cocina.

Este aprovechamiento contribuye a reducir el desperdicio orgánico. Además, el vínculo con las aves aporta beneficios emocionales, ya que su compañía y comportamiento curioso generan un ambiente agradable en la finca o jardín.

Muchas personas describen la experiencia de criarlas como terapéutica, ya que combina contacto con la naturaleza y una rutina gratificante.

Cuidados de las gallinas

El cuidado de las gallinas implica atender a su bienestar físico y a la prevención de enfermedades. Mantener el suelo del gallinero seco es esencial, ya que la humedad favorece la proliferación de hongos y bacterias que pueden enfermar a las aves rápidamente.

En este sentido, es recomendable revisar el estado de la cama con frecuencia y renovarla cuando sea necesario.

Aunque es común el uso de paja, no es lo más recomendable, ya que puede convertirse en refugio para ácaros. Alternativas como las virutas de madera o cascaras de cereales resultan más seguras e higiénicas.

Las gallinas requieren un entorno dividido en dos zonas: una interior protegida (gallinero) y una exterior donde puedan ejercitarse y alimentarse de manera natural.

La rotación de las áreas de pastoreo es una práctica aconsejable para evitar el desgaste excesivo del suelo, especialmente si el espacio es reducido.

Si se dispone de poco terreno, dividirlo en dos partes y alternar su uso permite que la vegetación se recupere y se mantenga la calidad del terreno.

La protección frente a depredadores debe ser prioritaria. Aunque la malla de gallinero es un recurso habitual, no siempre garantiza seguridad total frente a animales persistentes.

La instalación de barreras adicionales, mallas enterradas y refugios nocturnos sólidos es altamente recomendable.

Durante los meses cálidos, es imprescindible proporcionar zonas de sombra para prevenir golpes de calor, que pueden ser letales.

También se aconseja colocar un recipiente con ceniza en una zona seca del corral, lo que permite a las gallinas realizar baños de polvo para eliminar parásitos como piojos y ácaros.

En cuanto a la iluminación, se debe evitar el uso de luz artificial prolongada con el único objetivo de aumentar la puesta.

Forzar la producción acorta la vida útil de las gallinas y puede afectar su salud. Una iluminación puntual para facilitar las tareas humanas en el gallinero es suficiente.

La observación diaria del comportamiento y la condición física de las aves es clave para detectar cualquier signo de enfermedad a tiempo y actuar de forma preventiva.

Requisitos legales para tener gallinas en España

La normativa española permite la tenencia de gallinas, aunque pueden existir requisitos específicos según la comunidad autónoma o el municipio.

En Galicia, por ejemplo, es obligatorio registrar corrales destinados al autoconsumo familiar que alberguen gallinas, patos, gansos, pavos y otras aves.

Este registro debe realizarse incluso cuando no se vendan los productos ni los animales. Según la normativa, las explotaciones de autoconsumo se definen como aquellas con menos de 30 gallinas ponedoras y sin actividad comercial.

En cambio, si se superan las 50 aves y se venden huevos o carne, se considera explotación avícola reducida y se requieren permisos adicionales e inscripciones específicas.

A nivel estatal, las regulaciones suelen centrarse en garantizar la trazabilidad y el control sanitario de las aves, para prevenir la propagación de enfermedades como la gripe aviar.

Algunas normativas locales pueden incluir restricciones sobre la ubicación de los gallineros, las distancias mínimas a viviendas colindantes o el manejo de residuos.

Cumplir con estas medidas no solo asegura el bienestar de las aves, sino que también evita sanciones y conflictos con vecinos o autoridades.

Bibliografía

https://www.youtube.com/watch?v=Tvljb3MKO2U
https://www.youtube.com/watch?v=MkBHUa7SPmE
https://www.youtube.com/watch?v=rW5c-sR7RMw
https://www.occident.com/blog/permiso-gallinas-en-casa